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We Tripantu y la dualidad: Persona y Naturaleza

Foto del escritor: Las Mentoras ClLas Mentoras Cl

Actualizado: 25 jun 2023

por Llacolen Millaquir Peña.


Entre el 21 y 24 de junio de cada año, los mapuche celebramos el We Tripantu, conocido también como Machaq Mara para los Aymara y Mata Hiti Api para los Rapa Nui. Durante este periodo, se produce un proceso de renovación de la naturaleza, que en el mundo occidental es reconocido como el solsticio de invierno. Es un momento en el que el sol regresa al sur, marcando el inicio de un nuevo ciclo.


La esencia de la celebración del We Tripantu radica en la participación y el compartir con la naturaleza en su proceso de renovación y renacimiento. Para nosotros, los mapuche, entendemos que las personas (che) formamos parte del «mapu» (todo lo que nos rodea, lo tangible e intangible). Reconocemos que no somos el centro de la universalidad, sino una parte más en una relación horizontal con todas las formas de vida. Ser mapuche implica estar conectado y comprometido con la protección de nuestra ñuke (madre) y chaw (padre) mapu (naturaleza en su totalidad).


Reconocemos que no somos el centro de la universalidad, sino una parte más en una relación horizontal con todas las formas de vida.

Durante esta celebración, al atardecer del 23 de junio, las familias se reúnen con amigos para compartir alimentos, contar historias y, en ocasiones, danzar y cantar. En la madrugada, todos somos invitados a sumergirnos en los ríos, lagos o vertientes, para recibir las primeras aguas de este nuevo ciclo y purificar nuestro cuerpo y espíritu. Luego, antes de que el sol asome en el horizonte, regresamos a nuestros hogares y llevamos a cabo una ceremonia de purificación, danzando alrededor de la ruka o la casa, y realizando un llellipun, una especie de oración, en la que expresamos gratitud por el ciclo que ha terminado y pedimos bendiciones para el que está por comenzar.


La culminación de la celebración se da con el compartir de alimentos y la participación en eventos comunitarios, como el palín, un juego con chuecas; el awarkuden, un juego de habas; el Lakutün, una ceremonia en la que se otorga el nombre del abuelo al nieto, entre otras actividades.


Una de las prácticas más significativas del We Tripantu es la ceremonia del Katan Pilun, en la cual se perforan las orejas de las niñas en edad de pubertad y se les entregan los aros chaway, que simbolizan la capacidad de procrear y representan la dualidad entre la Ülcha (joven mujer soltera) y el Weche (joven varón soltero). La procreación solo es posible cuando ambos seres se unen y se respetan mutuamente.


Una de las prácticas más significativas del We Tripantu es la ceremonia del Katan Pilun, en la cual se perforan las orejas de las niñas en edad de pubertad.

El We Tripantu no solo nos brinda la oportunidad de reunirnos, sino también de transmitir el conocimiento ancestral de nuestros fütakeche (nuestras abuelas y abuelos) a las nuevas generaciones. Es un reencuentro con nuestra dualidad de vida y un compromiso de protección y cuidado hacia la naturaleza que nos rodea y de la cual somos parte.


En este espíritu de armonía entre el hombre y la naturaleza, es una invitación a que nos acompañen en esta celebración y a que juntos construyamos un futuro de respeto y reconciliación entre los pueblos, y entre las personas y la naturaleza.


Llacolen Millaquir Peña

Directora Ejecutiva de Fundación Koñwepang – Millakir, por el respeto del mapu y la reconciliación de los pueblos



 
 
 

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