Por Bernardita Soto.
Pareciera que los niños fueron relevantes para el Presidente Boric durante toda su campaña,
muchas cartas recibidas, abrazos y buenos deseos que el candidato en ese momento y luego electo, los recibía con gran aprecio y empatía. La pregunta es ¿por qué eso no se ha manifestado en la toma de decisiones y políticas públicas de este gobierno?
No nos mintamos. La crisis en el tema de la niñez viene hace bastantes años, sin embargo,
estamos siendo testigos de una peligro hoy que está teniendo consecuencias muy graves para nuestra sociedad. ¿Qué duda cabe de que la primera infancia, niñez y adolescencia son claves para el futuro de cualquier nación? Bueno, siendo así, entonces, ¿qué está pasando? Hace varias semanas vemos como una política de educación sexual del Ministerio de Educación solo trae problemas y controversias en términos de cómo se abordan los contenidos. Nadie ha dicho que la educación sexual no es relevante en temas de salud y educación sin embargo se cuestiona el cómo, el cuándo, ni hacia quiénes.
Hace varias semanas vemos como una política de educación sexual del Ministerio de Educación solo trae problemas y controversias en términos de cómo se abordan los contenidos.
El día miércoles fuimos testigos por los medios de comunicación cómo padres de alumnos de un quinto básico en la comuna de Talcahuano, denunciaban procedimiento de salud sexual sin su consentimiento por parte de médicos del Centro Comunitario de Salud Familia en donde
se acusa de tocaciones, preguntas íntimas y videos con contenido para adultos, según la denuncia
puesta por los apoderados.
Tenemos una de las crisis más importantes, sino la más relevante crisis en salud mental adolescente. Así lo señala el “Estudio de políticas públicas relacionadas con la salud mental de niños, niñas y adolescentes” realizado por la Defensoría de la niñez y la Universidad de
Chile el año 2022, el cual infiere que, además de la gran crisis transversal sobre salud mental, hay enormes brechas que tenemos como país en políticas de salud mental para la niñez y
adolescencia.
Se suma a la lista de preocupaciones y quehaceres la deserción escolar que ha ido aumentando de manera alarmante los últimos años. Según el Centro de Estudios del Mineduc, en específico son 50.529 alumnos que abandonaron el sistema escolar entre 2021 y 2022, una cifra que representa un 24% más respecto a lo que había en 2019 previo a la pandemia. Y para rematar, padecemos una institución que hasta hoy no da luces de recuperación “Mejor
Niñez”, que remplazó al fracaso SENAME.
Son 50.529 alumnos que abandonaron el sistema escolar entre 2021 y 2022, una cifra que representa un 24% más respecto a lo que había en 2019 previo a la pandemia.
Teniendo estos y más antecedentes sobre las falencias que tenemos como Estado para
con los niños y niñas, me resulta difícil entender cómo aún no tenemos un nombramiento para la
Defensoría de la Niñez, cómo no se ha presentado un gran acuerdo para la infancia, acompañado
de políticas públicas que den solución a estás problemáticas.
El numeroso listado de desafíos para garantizar a nuestros niños y niñas una primera infancia,
niñez y adolescencia digna y con estándares internacionales donde se garanticen y respeten sus
derechos fundamentales, se requiere voluntad política de todos los sectores políticos en donde se
haga una propuesta real y eficiente para abordar y dar solución a todas las problemáticas que
existen y que no han sido solucionadas.
No podemos seguir siendo cómplices de la inacción e indolencia actual. Los niños son el motor de
transformación, son el presente y el futuro.
Bernardita Soto S.
Subsecretaria de Amarillos por Chile
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