Por Daniela Castro Araya.
Un 20 de enero del año en curso, recibí una llamada que abriría un capítulo importante en mi vida, algo así como para contarles a los nietos: sería candidata al consejo constitucional.
Sin duda el contexto no sería el más favorable, y así me lo planteé desde el día uno. En mi vida he sorteado muchas dificultades, así que, sin cuestionar, sólo avancé. Importante señalar que, los ciudadanos no querían un nuevo proceso constitucional, el partido en el que milito no está pasando por su mejor momento y por último, nunca me preocupé de un concepto que para mí era nuevo, el “nivel de conocimiento”. Sí, a mí nadie me conocía.
Quienes estamos en política y hemos apoyado a candidatos, les digo desde ya, que estar en los zapatos es algo completamente distinto: horas extenuantes de trabajo, estrategias, terreno, redes sociales, medios de comunicación, dirigentes, exposición, entre otras. Aprendí que lo más importantes de todo era ser uno mismo, porque, aunque tengas todo lo anterior, finalmente los ciudadanos deciden. Eso para mí es tan valioso que jamás subestimé el voto de las personas; siento que fue lo que permitió que hayan confiado en mí.
Aprendí que lo más importantes de todo era ser uno mismo, porque, aunque tengas todo lo anterior, finalmente los ciudadanos deciden.
Agrego que haberme sentido preparada fue un gran plus, porque sin duda, creo que si vas a postular a un cargo de toma de decisiones, tienes que tener un respaldo académico y de experiencia laboral. No bastan solo las ganas.
Aunque no gané, me siento ganadora, por todo lo que viví y que logré sortear. Obtuve más de 16.000 votos, que para mi querida Región de Antofagasta es algo significativo. Y es que la gran satisfacción de todo es, sin duda, haber recorrido la región y seguir sintiendo la necesidad de estar presente en la toma de decisiones, velar porque las cosas pasen y no que solamente ocurran frente a mí.
Obtuve más de 16.000 votos, que para mi querida Región de Antofagasta es algo significativo.
Mi rol de mujer y madre fueron fundamentales. Sin duda, poder empatizar con quienes vamos a representar al postularse, es esencial. No puedo negarles que compatibilizar todo es difícil, pero somos mujeres y siempre podemos.
Daniela Castro
Abogada y emprendedora
Excandidata a consejera constitucional por Antofagasta
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